Las celosías de Foster Por: Anatxu Zabalbeascoa

Foster abu dhabi 3

El primer edificio que Norman Foster inaugurará este año forma parte de un mundo que quiere ser nuevo y para hacerlo rebusca entre lo de siempre. Foster ha diseñado el escenario para que el mercado central de Abu Dabi cambie de mercancía sin cambiar de naturaleza. ¿Será posible? El arquitecto británico ideó en uno de los barrios más antiguos de la ciudad un mercado que explica así: “Hemos querido huir de la idea del centro comercial global para hacer de la tradición vernácula una propuesta para el mundo”. Su conjunto de edificios de mediana altura, con un parque público de jardines en la azotea, con claustros, tres torres arrinconadas, para no molestar, y mucho aparcamiento subterráneo cuenta con varios de los elementos característicos de la arquitectura islámica: celosías y pérgolas, arcilla y ventilaciones naturales. Así, el propio arquitecto ha descrito el proyecto como un “microcosmos que unirá lo ordinario y el lujo, la artesanía y la comida”. Y será cierto que los bolsos de Gucci se compren al lado de las frutas, pero también lo es que el conjunto permitirá otro tipo de convivencia, la que da la mano a las oficinas y los comercios, a las boutiques y a los hoteles. ¿Habrá espacio para un mercado tradicional?

La convivencia tipológica ordenada está más cerca de los proyectos llegados con paracaídas que de los mercados tradicionales, en los que lo que abunda es el caos y las formas, siempre cambiantes y en realidad “deformadas”, son todo menos contenidas y precisas. El nuevo y pulcro mercado de Abu Dabi ambiciona, además, convertirse en centro urbano. Parte con la ventaja de su emplazamiento, en uno de los barrios más antiguos, y deja claro la idea de convivencia sobre todo comercial que Foster lee en un centro urbano.

El ambicioso doble idioma de convivencias de Foster está también presente en la escala del proyecto, que, con las torres agrupadas contribuye a definir un nuevo skyline para la ciudad al tiempo que con los patios, las terrazas y las áreas porticadas quiere acercarse a la escala humana del usuario.

Como muchos de los trabajos del último Foster, este mercado alcanza una escala internacional con ideas tradicionales como la ventilación natural y los edificios consumidores de energía limpia. Que el futuro eche mano de la tradición para solucionar los problemas del pasado reciente da que pensar. Y exige que lo hagamos.

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