EDUARDO HARADA OLIVARES

La Lógica estudia los principios, reglas y métodos que permiten razonar y argumentar correctamente. En concreto, ayuda a diferenciar los razonamientos y las formas de argumentar correctas de las incorrectas. Todos los seres humanos, si no sufrimos algún tipo de impedimento físico o mental, podemos razonar y, de hecho, constantemente lo hacemos. Empleamos razonamientos y argumentos para apoyar o justificar nuestra forma de ser, pensar y actuar, pero, también, para conseguir su aceptación. Lo anterior porque deseamos solucionar problemas, resolver conflictos con otras personas o tomar decisiones individuales y colectivas de manera razonable. Es por eso que en la enseñanza de la Lógica se busca que los alumnos adquieran, desarrollen y mejoren los conocimientos, habilidades, actitudes y valores necesarios para identificar, analizar, comprender, evaluar, crear y presentar de manera crítica, creativa y responsable toda clase de razonamientos y argumentos. En concreto, los alumnos deben conocer y dominar las reglas, los principios y los métodos que permiten juzgar la corrección de los razonamientos y de los argumentos que se les presentan así como construirlos. Pero también es esencial que entiendan su razón de ser ya que de poco sirve aprenderse eso de memoria y poder aplicarlos de forma mecánica. Asimismo, tienen que llegar a asimilar el valor de la racionalidad o desarrollar una actitud razonable, es decir, una que pide, acepta, ofrece y valora las razones, pero que, al mismo tiempo, reconoce los límites de éstas. Y, sin duda, todo ello contribuirá a que comprendan qué es la Lógica, cuál es su importancia, por qué es necesario su estudio y qué utilidad puede reportar éste. Pero para que entiendan lo último es indispensable que se den cuenta de que los razonamientos y argumentos influyen e intervienen en casi todos los aspectos de su vida: a cada momento los escuchan, los leen o se ven obligados a ofrecerlos. Los seres humanos no podemos evitar razonar y argumentar, por tanto, más nos vale hacerlo correctamente. En efecto, como todas las actividades humanas, el razonamiento y la argumentación están sometidos a reglas, principios y métodos que determinan cómo debe llevarse a cabo. Y, justamente, la Lógica se ocupa del estudio sistemático y riguroso de todo ello. Desde luego, el estudio de esta disciplina filosófica no asegura que siempre se va a pensar, actuar y vivir de manera razonable, pero sí aumenta las posibilidades de esto último ocurra.